miércoles, 11 de mayo de 2016

Ser de bendición.

¿Por qué ya no traemos animo y apoyo, no llevamos restauración a los que tenemos alrededor, no somos de ayuda?

No es tiempo de causar un ambiente triste, como aquellas plañideras que se contrataban para que el ambiente fuera de tristeza.

A veces queremos ser de bendición "a la fuerza". Nos empeñamos en hacer bien, y se nos olvida que no es del que quiere, sino del que Dios se utiliza. Como dice la alabanza "si por mi interior corren los rios de agua viva..."

Y otras veces, sin ser conscientes de que lo hacemos, una palabra, un gesto o una situación sirve para bendecir a las vidas porque a Él en su misericordia le place utilizarnos.

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